Desde los primeros días de vida, su hijo se mueve, siente y se comunica a través del cuerpo. Cada gesto, mirada o pequeño movimiento es una forma de descubrimiento y relación. No hay necesidad de «hacer más»: basta con estar ahí, observar y responder con calma y presencia. Lo que puede hacer todos los días: contacto piel con piel: manténgalo en el pecho o el abdomen, aunque solo sea durante unos minutos. El calor corporal regula los latidos del corazón, la temperatura y la respiración, y promueve la producción de oxitocina, la hormona del bienestar y la unión.- Masaje suave: utilice aceite neutro o unas gotas de crema natural. El tacto relaja, estimula el sistema nervioso y fortalece la conexión emocional. El mejor momento es después del baño o antes de dormir, cuando el niño está tranquilo.- Tiempo boca abajo: colóquelo durante unos instantes breves (1-2 minutos, varias veces al día) sobre una superficie segura y siempre supervisada. Esta posición fortalece los músculos del cuello y los hombros y lo prepara para futuros movimientos.Qué esperar en los primeros mesesLos primeros días, prevalecen los reflejos; alrededor de los 2 meses, mayor control de la cabeza; alrededor de los 3 meses sigue con los ojos, sonríe intencionalmente y comienza a experimentar su fuerza. En resumen: moverse es su forma de conocerse a sí mismo, regular las emociones y generar confianza.