El destete, o más bien la alimentación complementaria, es la fase en la que los alimentos sólidos o semisólidos se introducen gradualmente junto con la leche materna o formulada. La leche sigue siendo la principal fuente de nutrición al menos hasta el primer año de vida (y más allá, si la madre y el niño lo desean). El momento adecuado para empezar siempre se define junto con el pediatra, quien evalúa el desarrollo y las necesidades individuales. No existe una fecha única para todos: cada niño sigue su propio ritmo de crecimiento.En la mayoría de los casos, comienza alrededor de los 6 meses.El niño está listo cuando se presentan 3 condiciones: - puede sentarse con la cabeza erguida, solo o con poco apoyo; - muestra curiosidad por la comida y observa a quienes comen con interés; - ya no empuja la comida con la lengua (desaparición del reflejo de extrusión) .Esperando las señales de preparación del niño es fundamental para respetar su ritmo natural y promover un desarrollo saludable. Es bueno empezar por mantener la lactancia sin cambios y sentarse juntos a la mesa (mejor si el niño ya está lleno, de lo contrario puede estar irritable y buscar leche), para ver si le interesa probar alimentos sólidos.
¿Por qué no anticipar el destete? Con la llegada de los alimentos industriales para bebés, en el pasado se ha generalizado la costumbre de empezar demasiado pronto, incluso antes de los 4 meses. Hoy sabemos que el cuerpo del niño aún no está preparado para digerir otros alimentos que no sean la leche antes de los 6 meses: el intestino y el sistema inmunitario aún están inmaduros.La introducción de alimentos sólidos demasiado pronto puede aumentar, con el tiempo, el riesgo de: - intolerancias y alergias alimentarias, - problemas digestivos o sobrepeso, - asma y trastornos metabólicos. El destete también es un momento para reflexionar sobre los hábitos alimenticios familiares: sentarse juntos a la mesa, compartir alimentos sencillos, frescos y poco salados, se convierte en una oportunidad para mejorar la dieta de todos y transmitir al niño una relación pacífica con la comida.