Cuando el llanto parece inconsolable, lo más efectivo es la presencia tranquila de un padre: incluso antes de «entenderlo», trata de tranquilizarlo y experimenta con soluciones que puedan calmarlo. Algunas sugerencias prácticas: manténgalo en una banda, pecho con pecho y salga a caminar; háblele con un tono de voz afectuoso; reduzca los estímulos visuales, auditivos y táctiles para ofrecerle un ambiente tranquilo.- llámelo suavemente o cántele una canción de cuna tranquila y repetitiva; - masajee suavemente- ofrézcale un pecho o un chupete para que se autorregule- sosténgalo boca abajo sobre el antebrazo, siempre bajo control
No necesitas infusiones de hierbas, manzanilla, miel ni medicamentos: pueden ser peligrosos para la salud del recién nacido. Y recuerda: no lo sacudas nunca, ni siquiera para detenerlo: las sacudidas violentas pueden causar graves daños (síndrome del bebé sacudido). Nunca dejes solo a un recién nacido durante una crisis de llanto: necesita sentirse contenido y tranquilo. Nunca levantes la voz. Si sientes que no puedes hacerlo, ponlo en un lugar seguro (por ejemplo, en una cuna) y pide ayuda. Si el llanto cambia o aparecen síntomas inusuales, consulta con tu pediatra.