En los primeros meses de vida, el niño aprende a conocer el mundo a través de los sentidos: ver, escuchar, tocar, reconocer la voz y los rostros de la familia son experiencias que forman parte de su forma de estudiar la realidad. No hay necesidad de estímulos complejos ni de juegos caros: lo que más lo intriga y tranquiliza es el contacto con sus padres. He aquí tres sencillas actividades diarias que ayudan al desarrollo de la vista y el oído: - Oculta y muestra objetos pequeños: cubre un cascabel o una marioneta con un paño y descúbrelo poco a poco. Este juego de «permanencia de objetos» ayuda a los niños a entender que las cosas siguen existiendo incluso cuando ya no las vean.- Libros táctiles y sonoros: elija folletos con páginas gruesas, diferentes materiales y sonidos suaves. Ofréceles que exploren con las manos y la boca: así es como experimentas.- Canta y juega con tu voz: alterna tonos altos y graves, repite sonidos y sílabas ('ba-ba', 'ma-ma'), imita sus vocalizaciones. Te escucha, te observa y aprende que cada sonido forma parte de un diálogo.
Qué esperar en los primeros meses: al 1 mes comienza a mirar luces y rostros conocidos.- A los 2-3 meses mira fijamente a las personas a los ojos, sonríe en respuesta y se convierte en sonidos.- A los 4-6 meses reconoce voces conocidas e intenta imitar los sonidos que escucha.