Durante el embarazo y después del parto, el cuerpo cambia e incluso el deseo puede transformarse. A veces cae, otras crece: todo es normal. Si siente dolor o malestar físico, hable con las personas que lo siguen. Después de dar a luz, espera de 4 a 6 semanas para reanudar la actividad sexual y volver a realizarla con calma, solo cuando te sientas preparada. En algunos casos, la reorganización puede tardar más de 12 meses. La cercanía emocional importa más que cualquier otra cosa.
En las semanas posteriores al parto, las secuelas físicas y el cansancio pueden hacer que sea difícil recuperar el placer o la voluntad de contactar de inmediato. La propia fisiología puede explicar el fenómeno desde un punto de vista hormonal (una disminución de los estrógenos y la progesterona y un aumento de la prolactina). Incluso la presencia constante del recién nacido en contacto puede dejar poco espacio mental y corporal para el deseo y no hay nada de lo que avergonzarse ni sentirse culpable. Tomarte el tiempo, proceder despacio y valorar la ternura pueden ayudarte a recuperar la intimidad. Si la dificultad persiste, una consulta con un ginecólogo o una comadrona que sea un experto en el suelo pélvico puede ofrecer apoyo.