Después del parto, puede ocurrir que los músculos abdominales permanezcan más distantes de lo normal: esta es la diástasis. No se trata de una enfermedad, sino de una afección frecuente que suele mejorar por sí sola en los primeros meses. Puede sospecharlo si observa una «joroba» central al ponerse de pie, si siente poca fuerza en el tronco o si tiene dolor de espalda.
La recuperación comienza con movimientos suaves: evita los ejercicios abdominales clásicos en las primeras semanas y trabaja en la respiración, la postura y el refuerzo profundo con un profesional experto en rehabilitación posparto. En los casos más marcados o persistentes, puede ser necesaria una intervención más estructurada o, en raras ocasiones, una cirugía. Cuidar el tronco (los músculos profundos y el suelo pélvico) ayuda a recuperar la estabilidad y el bienestar. A quién contactar: comadrona o fisioterapeuta especializado en rehabilitación del suelo pélvico y del tronco, consultorio familiar o clínica de posparto, ginecólogo o médico de cabecera para cualquier examen o remisión