Ser padre significa enfrentarse a emociones intensas, cambios profundos y mucho cansancio. Conocer a otras personas que están pasando por la misma fase ayuda a sentirse comprendidos, apoyados y menos solos. A menudo, las primeras conexiones surgen de forma espontánea: durante las reuniones que acompañan al parto (el llamado curso preparado), en la sala o en el parque. Incluso un mensaje o un café pueden ser el comienzo de una pequeña red de apoyo mutuo. No necesitas grandes organizaciones: simplemente invita a charlar a otra mamá o papá que conozcas. Salir de casa, aunque solo sea para dar un paseo, no es una pérdida de tiempo: es una forma de respirar, aligerar los pensamientos y recuperar energía. Si quieres ampliar tu círculo, en las consultorías y en los espacios municipales encontrarás grupos de padres e hijos, reuniones de escucha o cursos compartidos.