La depresión posparto es un trastorno del estado de ánimo que puede aparecer en las primeras semanas o meses después del parto. Después del parto, es normal experimentar momentos difíciles, pero cuando las molestias duran más de dos semanas o te sientes «desconectada» de ti misma o de tu bebé, es hora de pedir ayuda. Es una afección médica tratable, no una debilidad personal, y no depende del amor que sientas por tu hijo o hija. Puede afectar a cualquier persona, incluso a quienes nunca han tenido problemas psicológicos en el pasado. Según el Instituto Superior de Salud, afecta a aproximadamente 1 de cada 7 mujeres después del parto, pero también puede afectar a los padres, en forma de depresión posnatal paterna. Además de los factores hormonales y psicológicos individuales, el contexto social y cultural también puede aumentar el riesgo: el aislamiento, la falta de apoyo, la dificultad para conciliar la vida personal y la paternidad, las expectativas poco realistas sobre la maternidad o la ausencia de una red comunitaria. El contexto urbano, en particular, puede ser desfavorable para la salud mental, especialmente para quienes se enfrentan a una transición tan profunda como la del nacimiento de un hijo.
Síntomas comunes: - tristeza profunda o llanto frecuente; - pérdida de interés o placer en las actividades diarias; - ansiedad intensa o preocupación constante por la salud del recién nacido; - culpa, insuficiencia o fracaso como madre o como persona; - dificultad para establecer un vínculo emocional con el niño; - trastornos del sueño (insomnio incluso cuando el niño duerme o somnolencia excesiva); - fatiga extrema y falta de energía; - cambios en el apetito; - pensamientos negativos o intrusivos (incluso de herir o herir al niño): siempre deben tomarse en serio y requieren ayuda inmediata. Obtenga más información leyendo «Depresión posparto: dónde pedir ayuda gratuita»