No todas las madres desean amamantar, y esta opción es un derecho plenamente reconocido. Las motivaciones pueden ser personales, físicas, emocionales o estar vinculadas a experiencias anteriores: todas son válidas, ninguna justifica. Si sientes que la lactancia materna no es la experiencia que quieres vivir, es importante que se escuche tu decisión sin juzgarla, para que puedas recibir el mejor apoyo posible desde los primeros días. Su bienestar forma parte de la salud de su niño o niña.
Con quién ponerse en contacto: comadrona o personal del punto de parto: para que le acompañen en la toma de decisiones y reciba orientación sobre los primeros pasos.- Asesoramiento familiar: para obtener apoyo emocional e información sobre cómo gestionar la no lactancia (por ejemplo, la suspensión gradual del flujo de leche) .- Psicólogo perinatal: si se siente culpable o necesita un espacio de escucha para procesar su elección.