En los primeros meses de vida, los recién nacidos pasan la mayor parte del tiempo en casa, y es precisamente aquí donde pueden producirse los accidentes leves más comunes. Con la aparición de los primeros movimientos (como dar vueltas alrededor de los 4 meses, que a menudo se producen de forma repentina), aumenta el riesgo de caerse de los cambiadores, las camas o los sofás. Te das cuenta de que solo sabe cómo hacerlo cuando ya lo ha hecho: por eso es importante prevenirlo primero. Pequeñas precauciones útiles: - Nunca deje al niño solo en superficies elevadas, ni siquiera «por un segundo». ¡También se aplica a una trona (donde siempre debe estar atada) y a un sofá! - Utilice cambiadores con barandillas y mantenga siempre una mano sobre el niño durante el cambio.- Prepare una zona segura, suave y limpia en el suelo, donde pueda moverse y jugar con libertad.- Retire los objetos pesados o inestables cerca de los puntos en los que descansa o juega. - Esté siempre presente cuando el niño esté en la bañera o haya recipientes con agua tirados por ahí, incluso unos pocos cm de profundidad pueden constituir un peligro cuando son pequeños.
Muchos hospitales y consejeros familiares ofrecen cursos gratuitos sobre seguridad en el hogar y maniobras de desbloqueo pediátrico: una valiosa oportunidad para aprender gestos sencillos que pueden marcar la diferencia.